Vivimos en una sociedad preestablecida, donde los prejuicios
encauzan nuestros actos de manera inconsciente. No nos preguntamos si lo que
estamos haciendo es lo que de verdad queremos o simplemente inercia, la llamada
“sociedad de borregos”. Incluso dándonos cuenta de ello, nos conformamos con la
comodidad de aceptar ese comportamiento a tener que enfrentarnos a la reacción
de una sociedad regida por unos moldes, de los cuales salir supone poner en
peligro nuestro futuro bienestar.
Sin embargo,
hoy en día se está produciendo un nuevo fenómeno: nos estamos volviendo
inconformistas. Queremos salir de lo cotidiano, romper barreras. Queremos
despertar de ese estado de letargo y marcar la diferencia, crear nuestros
propios moldes. En este contexto de experimentación la sociedad está comenzando
a arriesgarse, buscando un cambio radical en la conducta que ha tenido hasta
ahora, sin importar las consecuencias. Queremos innovar, queremos descubrir
cosas que antes no habíamos planteado y explotarlas al máximo.
Esto es a lo
que Andrés Jaque nos está llamando: “aventurarse en lo desconocido es lo relevante”.
Nos llama al progreso. A realizar pequeños cambios en nuestra vida
cotidiana, asociarnos con personas con ideas diferentes, explorar nuevas
dinámicas de trabajo…en los pequeños actos es dónde tiene lugar esa relevancia. Construir
así lo que él llama “la sociedad contemporánea”.
Esto se ve
reflejado en la Fray Foam Home. Con
ella, Jaque pretende abrir los ojos a la gente, presentando la realidad en la
que hemos vivido hasta ahora, en la que solo nos importaban los actos
inmediatos sin querer ver las posibilidades que escondían, para darnos cuenta
de que lo establecido no siempre es lo mejor. Simplemente es lo que la sociedad
nos presenta de ese modo. Una vez conscientes de esta realidad seremos capaces
de ver el verdadero potencial de las cosas. Por ejemplo, los productos que
ofrece IKEA tienen unos usos preestablecidos, los cuales siempre hemos
aceptado. Es ahora, cuando la creatividad está en auge, cuando descubrimos que podemos
darle una serie de utilidades igualmente válidas. Esta idea es la que propone
en IKEA Disobedients, dónde un grupo
de personas utiliza estos productos cotidianos de forma novedosa y a su vez resulta eficaz.